El volcán
Subir a un volcán es algo increíble.
El camino es sentir la naturaleza con sus más puras texturas en su máxima expresión. Texturas en bruto. El viento en la cara, el crujir de las piedras bajo tus pies, y la nada infinita.
Y una vez arriba, te regala el silencio más absoluto.
Pura magia. Puritita vida.