Una es de donde la valoran

Qué bien se está en casa los días de mucho viento. Se escucha silbar y Ron no sabe donde esconderse. Pero a mi me gusta. Es casi tan relajante como escuchar la lluvia cuando estás a resguardo.

Ayer también fue un día de viento y de una temperatura extrañamente cálida, al parecer venía del Sáhara. Los árboles se movían a un lado y a otro acompasados y yo los miraba absorta, porque eso también es algo que me gusta y me relaja.

Desde ayer hasta finales de abril “Verónica a través del espejo” se acomoda a pocos metros de distancia de la casa que formó parte. Todo tiene un significado, la casa a pocos metros de su historia. La casa que por fin dice adiós y el proyecto que por fin se siente en casa. Gracias por acogerlo con tanto cariño y emoción, gracias por hacerme sentir contenta de superar todo aquello de alguna forma que hoy cobra más fuerza en la calma y es para siempre el recuerdo de un pequeño gran paso. Pero sobre todo gracias porque sigue espejando miradas que se sienten identificadas. Miradas curiosas, miradas despiertas, miradas anónimas.

Qué bien sentirse acogida, qué bien sentirse valorada.

Qué bien sentirse reflejada en otras miradas.

Qué bien se está en casa todos los días, hoy con esta sensación tan cálida.

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La vaca